Michael Faraday, el descubridor científico sin estudios, nos recuerda la superior importancia del impacto del resultado de nuestras contribuciones por sobre nuestro origen o formación académica.

Michael provenía de una familia humilde y solo tenía la educación escolar más básica, pero esto no le impidió convertirse en un gran descubridor científico.

La inducción de campos eléctricos a partir de campos magnéticos cambiantes fue su primer gran descubrimiento. Y años más tarde propuso que las fuerzas electromagnéticas se extendían al espacio vacío alrededor del conductor.

El concepto de Faraday de líneas de flujo que emanan de cuerpos cargados e imanes proporcionó una forma de representar visualmente campos eléctricos y magnéticos; un modelo conceptual que fue crucial para el desarrollo exitoso la tecnología de máquinas electromagnéticas durante el siglo XIX.

James C. Maxwell unificó en cuatro ecuaciones la formulación matemática completa de las teorías del campo electromagnético. Y, posteriormente, la teoría cuántica del Modelo Estándar unificaría el electromagnetismo con las interacciones nucleares, fuerte y débil; una teoría cuántica que describe todos los fenómenos conocidos a excepción de la Gravedad, la fuerza rebelde.

Es momento de reflexionar en relación a los modelos creados por los humanos para interpretar las leyes de la física, sean campos, geometrías espacio-tiempo, cuerdas vibratorias o universos paralelos, entre otros, pues las teorías científicas son invenciones, cuya construcción descansa en su coherencia lógica, belleza matemática y su capacidad de predicción de fenómenos.

Einstein ya manifestó en Oxford en 1933 que el hecho de que la Relatividad General – con su concepción geométrica del espacio-tiempo – y la teoría de Newton – con la instantánea acción de sus fuerzas a distancia –, siendo dos teorías con bases fundamentales tan diferentes, predijeran ambas con formidable éxito un enorme conjunto de fenómenos gravitacionales, sólo podía significar una cosa: las teorías son inventos.

En definitiva, las teorías científicas son invenciones que requieren de la intermediación de la creatividad humana, pero que, por alguna razón que escapa a nuestro entendimiento, cuenta con la complicidad de la Naturaleza, que parece preferir el ideal de la simplicidad matemática.

Dedicamos este 196 aniversario de Faraday a todos los creadores de modelos y teorías matemáticas y su contribución a una mejor interpretación de la física y la Naturaleza, y nos acercan más a una reconciliación entre la Mecánica Cuántica y la gravitación, cuestión fundamental para comprender el evento fundacional de nuestra historia cósmica: el Big Bang.

Felicidades Faraday ¡!